Muchas medicinas comunes pueden contribuir a la hipertensión
En el caso de algunos padecimientos no relacionados con la hipertensión, el cambio a un medicamento diferente podría hacer que la presión arterial elevada del paciente volviera a la normalidad. Por ejemplo, los autores del estudio sugirieron que las mujeres que toman un anticonceptivo oral con estrógenos, que en ocasiones eleva la presión arterial, podrían cambiar a un anticonceptivo que solo tenga progestina o no sea hormonal. Del mismo modo, quienes toman antiinflamatorios no esteroides (AINE) para controlar el dolor podrían utilizar acetaminofén.
Hay una larga lista de medicamentos recetados, así como fármacos de venta libre y sustancias y suplementos de uso recreativo, que pueden interferir con el tratamiento eficaz de la hipertensión. Además de los fármacos que contienen estrógenos y los AINE, la lista incluye medicamentos de uso extendido, como los antidepresivos y los esteroides orales como la cortisona; sustancias como la nicotina, el alcohol y la cocaína; suplementos herbales como el regaliz o el ginseng; y, por supuesto, la sal. También la cafeína llega a elevar la tensión arterial a corto plazo en algunas personas.
Cuando los médicos no les preguntan a los pacientes qué otras cosas están tomando, usando o consumiendo que puedan influir en la presión arterial —o si los pacientes no mencionan todos los remedios de venta libre, herbales y los medicamentos con receta que toman—, podrían recetarles un medicamento para la presión arterial innecesario o más potente que quizá tenga efectos secundarios molestos.
Anderson señaló que a los médicos “se les enseñó a entrevistar a los pacientes en un inicio para ver si tomaban otros fármacos que pudieran elevar la presión arterial, pero no necesariamente se vuelve a examinar a los pacientes para ver si consumen esos fármacos a lo largo del tiempo”. Dijo que era importante que los médicos elaboraran un buen expediente médico que incluyera lo que ha cambiado en la vida de los pacientes desde que controlaron su presión arterial por última vez.
“Tal vez hubo un cambio en la dieta que causó un rápido aumento de la presión arterial”, dijo Anderson. “Por ejemplo, algunos pacientes son muy sensibles a la sal”, dijo. “Junto con la edad y el peso, es el predictor más fuerte de la presión arterial alta en el tiempo”. Cambiar un solo alimento de consumo frecuente con alto contenido en sal, como la pizza, los embutidos o la sopa enlatada, puede ser suficiente para reducir el riesgo de hipertensión.
Lo que complica las cosas es que las reacciones de las personas a diversas sustancias, como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina comúnmente recetados, son “muy peculiares”, explicó. “Un antidepresivo inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina concreto puede tener un gran impacto sobre la presión arterial en algunos pacientes, pero no en otros”.
Para los pacientes con hipertensión que necesiten tomar un medicamento que pueda elevar la presión arterial, Anderson aconsejó utilizar un tensiómetro doméstico. Un aumento repentino de la presión arterial después de empezar a tomar un medicamento nuevo podría ayudar a alertar al médico que lo receta sobre la necesidad de cambiar a un fármaco alternativo, si lo hay.
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